La poda en verde es una de las labores más importantes y al mismo tiempo menos extendidas para el mantenimiento de la cepa y que permite hacer una selección previa de los futuros racimos que se van a formar.
Durante la fase de desarrollo vegetativo entre los meses de abril-mayo (hemisferio norte) comienzan a brotar pámpanos de yemas que no deseamos que crezcan, ya que no consideramos francas, éstas son las que hemos dejado con intención en la poda de invierno.
Si dejamos crecer estos brotes, la vid adoptará un aspecto arbustivo como el que podemos ver en la imagen y creará competencias entre los racimos de las yemas francas y los que pueden nacer de estos nuevos brotes, que en su gran mayoría serán de calidad baja y no llegarán a madurar completamente.
A parte de eso, se creará un microclima en el interior de la cepa con una mayor humedad, menor penetración de los rayos solares y menor aireación. Todo ello, conllevará un riesgo muy elevado para el control de plagas fúngicas.
Mediante la poda en verde, se eliminarán a mano todos los brotes no deseados, para dejar únicamente los brotes francos que hemos buscado el invierno anterior, que son los que nos darán los racimos de mayor calidad.
La época preferible para realizar esta poda en verde será desde que empiecen a salir todos los brotes y sean lo suficientemente visibles como para escoger bien los que nos interesa retirar, pero no demasiado pronto, para así evitar un posible riesgo de heladas primaverales en las que no quedaría más remedio que volver a formar la cepa desde un brote ciego y al segundo año volver a empezar de nuevo.
Otro riesgo importante son las rachas de viento cuando los brotes son demasiado tiernos, ya que se puede llegar a perder una proporción importante de la cosecha.
Si aplazamos la poda en verde más de lo debido, podemos encontrarnos con que es demasiado difícil ver que pámpanos quitar porque se ha formado una maraña arbustiva, con lo que se dificultaría el proceso. No es conveniente tampoco realizar el espergurado durante la floración.
Otro de los objetivos de la poda en verde es el de rejuvenecer la cepa, evitando que los pulgares crezcan demasiado, siempre que sea posible, dejaremos un brote nuevo al lado del pulgar para iniciar desde ahí el siguiente año.
Durante el proceso de espergurado, perderemos una parte importante de la cosecha, ya que gran parte de los nuevos brotes tendrán la capacidad de formar racimos, pero nunca serán de la misma calidad que los de las yemas francas, además de competir en su maduración con ellos.
Ganaremos una mejor exposición de los pámpanos restantes favoreciendo la fotosíntesis de las hojas para la síntesis de los azúcares, ya que está demostrado que las hojas sombreadas son consumidoras de energía y las que están expuestas productoras.
Además favoreceremos el microclima interno de la planta para que los tratamientos preventivos fitosanitarios sean más efectivos.